Los hemos dicen basar su diferencia con el punk londinense simplemente en el compás de la batería, quizá allí comience la diferencia porque realmente son bastantes con los representantes del punk.
Los jóvenes emos del siglo XXI persiguen una actitud y filosofía crítica de la sociedad centrada en la emociones (dolor, rabia, desgano e insatisfacción) y que encuentra semejanzas con los punkys en la rebeldía y la necesidad de trillar las calles y sentirse urbanos. La tristeza que los caracteriza suele quedar de lado cuando de una fiesta se trata, allí sacan a relucir su sarcásticos e irónico humor.